viernes, 19 de junio de 2009

Los minusválidos de Cedeira critican la escasez de accesos y piden más atención municipal

Los afectados denuncian que no se puede entrar en silla de ruedas en Correos.

Cuando su hijo tenía dos años y medio, un coche lo atropelló en Cedeira. Desde entonces -ahora tiene doce-, una lesión medular le obliga a moverse en silla de ruedas. Raquel Pardo, su madre, decidió hace más de dos años hacer algo por él y por sus iguales, y fue entonces cuando ocupó el puesto de delegada en la villa de la Asociación Socio Cultural de Minusválidos (ASCM).

Esta venezolana asegura que «a pesar del esfuerzo de la delegación, Cedeira sigue siendo un pueblo en el olvido». Y lo dice porque, aunque reconoce que el Ayuntamiento ha hecho un importante esfuerzo por adaptar las aceras a las necesidades de los minusválidos, «lo cierto es que todavía queda muchísimo trabajo por hacer». Su primera denuncia recae sobre el edificio de Correos, al que, explica, su hijo no puede entrar. Ni tantos como él, «pues cuenta con un escalón criminal». Por ello, son «los funcionarios los que tienen que salir a la calle para atendernos cuando resulta imposible que entre varios levanten la silla para meterla en el edificio. Hay que tener en cuenta que las eléctricas son extremadamente pesadas». Algo parecido «ocurre en el Concello, donde al no tener ascensor es imposible subir a ver al alcalde; tiene que bajar él».

De igual modo expone que en Cedeira «solo existe un bar en la Plaza Roja, además de la cafetería del auditorio, en el que podemos celebrar una cena. El resto no tienen los baños adaptados». De hecho, la delegación cedeiresa «propuso al Concello que financiara la mitad de los cambios en los locales y contestó que lo estudiaría».

Catering sobre ruedas

Raquel y los cerca de 200 socios de la delegación cedeiresa han solicitado al Concello la puesta en marcha de un servicio de comida a domicilio dirigido a personas minusválidas, lo que ella denomina catering sobre ruedas. La iniciativa, que pretendía utilizar la cocina de la cafetería del auditorio, «todavía no ha salido adelante». Tampoco «recibimos ayuda municipal para costear el servicio de transporte de la asociación. Necesitamos pagar al conductor, que es voluntario, y también a una persona que ayude a mover a los usuarios». Pide, por tanto, que el Ayuntamiento de Cedeira «se fije un poco en nosotros».

LaVozdeGalícia, 19-6-2009

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