La ASCM realizó una nueva ruta en silla de ruedas con personas llegadas de otros puntos de España en una acción de promoción del turismo local inclusivo que promueve la Mancomunidad y Diputación
Al amparo de la Mancomunidad de Concellos de Ferrolterra y con el respaldo de la Diputación de A Coruña, la comarca sigue desvelando sus potencialidades, también desde el punto de vista de la inclusión, para atraer a este potencial viajero y abrir nuestro territorio así como su riqueza natural, paisajística y gastronómica a las personas con movilidad reducida.
El pasado mes de noviembre concluía en San Andrés de Teixido una ruta de peregrinación muy especial, guiada por miembros de la Asociación Sociocultural ASCM de Ferrol, que contó con presencia de viajeros pertenecientes a entidades vinculadas con la inclusión de todo el territorio nacional que se desplazaron a la zona para conocer los concellos por los que discurre el camino a San Andrés de Teixido. Cabe destacar que la propia ASCM ya había testado esta ruta el año anterior, y ahora se trataba de traer a los primeros turistas que, pese a moverse en silla de ruedas, pudieron disfrutar de unas jornadas muy especiales discurriendo por los concellos de Ferrol, Narón, Valdoviño y Cedeira.
Asimismo, el 1 de diciembre, desde la propia Asociación Sociocultural ASCM se ofreció una charla en Porto do Cabo, Valdoviño, para informar sobre el proyecto y cómo había sido la experiencia de los participantes, así como las conclusiones. Paula Gárate, presidenta de la entidad, explicaba que el año pasado ya se había realizado este mismo itinerario, “pero ahora el objetivo era otro, no era hacer el camino en sí mismo y analizar dificultades, sino dar a conocer los recursos turísticos asociados a esta ruta y los concellos por los que pasa”. Gárate añade que “anteriormente ya se había hecho un tanteo inicial, ya que sin conocer el camino previamente no le daríamos difusión”. Asimismo, sostiene que se trata de una ruta con mucha historia que tiene menor trascendencia que otras, “y conviene darla a conocer, ya que en Galicia sí se conoce pero fuera no tanto”, precisa.
A pesar de que ya el año pasado realizaron una serie de apreciaciones a la Diputación y a los concellos también, en esta nueva ruta se encontraron con algunas dificultades que convendría subsanar, “similares a las que estas personas se encuentran a diario”, aprecia Gárate. No obstante, sí que advierte la presidenta de la ASCM que el Concello de Cedeira junto con la Diputación tiene previsto hacer algunas mejoras para hacer más accesible el recorrido a todos los viandantes, con o sin silla de ruedas.
En lo tocante al tema de la accesibilidad, como ya aconteció con otras rutas como el Camino Inglés, “el entorno es el que es, pero sí que hubo tramos complicados, como en Porto do Cabo, con una pendiente muy complicada para quien se desplaza en silla y sus acompañantes”. Algo que según apreció Paula Gárate podría subsanarse instalando una especie de pasarelas con cuerdas a las que poder agarrarse sin temor a resbalarse o patinar, aportando cierta seguridad al viandante.
De los puntos negros, la presidenta de la ASCM sostiene que “en cualquier camino de peregrinación o senda los hay, pero siempre hay alternativas, son caminos que al final puedes superar, te sales de un punto y, con mas o menos dificultad, al final se llega”, dice. Otro problema con el que se encontraron esta vez se dio en los itinerarios más blandos, con huellas profundas de vehículos pesados que se convertían en obstáculos difícilmente salvables para ellos.
De todos modos, precisa, “hicimos el Camiño Vello, con muchos tramos por carretera, el 80%, y todos accesibles, pero aquí el problema, sobre todo en el tramo desde Cedeira a San Andrés, es la seguridad vial, de hecho a diferencia del Camino Inglés, que solo llevamos un vehículo escoba, debimos llevar dos, uno delante y otro detrás para advertir a los vehículos de nuestra presencia, ya que es un camino estrecho y con muchas curvas y eso siempre entraña peligro cuando no hay aceras ni arcén”.
Los viajeros, llegados de diferentes puntos de la geografía española como Canarias o Andalucía se quedan, como todos, con el paisaje, la comida de la zona y las vistas, como concluyen desde la ASCM. Eso sí, les entusiasmó a todos, tal y como afirmó Paula Gárate, poder disfrutar de las vistas en el faro de Valdoviño, y adentrarse en una batería. “Al ser una construcción relativamente baja (última foto) pudieron oler y escuchar el mar muy intensamente y eso les encantó a todos ellos. En otros sitios, lamentablemente, no pueden acceder para ver un acantilado”, dijo.
Así, salvo algunas mejoras en Porto do Cabo y dotar de aceras la zona más próxima al santuario o mejorar el firme en alguno de los caminos, la experiencia ha sido satisfactoria para todos ellos, que pudieron disfrutar el primer día de Ferrol, donde visitaron los jardines de Herrera, el barrio de A Magdalena o Exponav, entre otras.
En Narón fueron al monasterio de San Martín de Xuvia, donde recibieron la credencial del Camino de San Andrés, con recorrido por el molino de As Aceñas, Pazo Libunca, Feira do Trece o el mirador del Esperón.En Valdoviño, tras visitar la oficina de turismo, se desplazaron a su faro, playas y acantilados. El cuarto día se centraron en llegar a San Andrés, donde conocieron su historia y visitaron el santuario. En definitiva, una experiencia inolvidable que narrarán a otros.
Fuente: Diario de Ferrol