Miles de máscaras y un público multitudinario aplaudieron y aclamaron el paso de todas las comparsas
El martes de entroido, día grande del carnaval ferrolano, tuvo ayer entre sus propiedades la de generar, por una vez, un acuerdo unánime. Y no alrededor del mejor disfraz ni de la mejor letra ni de la más acompasada comparsa, que en eso siempre habrá opiniones para todos los gustos, el Cielo sea loado. Sino en lo que atañe a lo multitudinario de una fiesta que vuelve a ser lo que fue antaño. «Tempo había que non se vía tanta xente», decía una máscara de nariz de plástico, gafas negras y pelo rizo de colores variados. Y mientras ella (o él) lo decía, asentían, a su lado, quienes contemplaban el majestuoso paso por tierra firme de un submarino que no era precisamente el de la película de Wolfang Petersen, pero sí una réplica del de Isaac Peral muy ajustada a las fechas en las que estamos.
Fueron trece, cuatro más que el pasasado año, las comparsas que ayer desfilaron por las calles de Ferrol. Unas comparsas que sumaban -artista más, artista menos, arriba o abajo- 352 figurantes. La más numerosa era la de Os Kikos, de Cedeira, que superaba el medio centenar. Y la de filas más escasas (18 personas), Os Trastos de Valdoviño, todo un clásico. Marela Ven, otro de los nombres de mayor solera del Entroido ferrolano, trajo este año 20 componentes. Os Parrandolos, de Narón, 35; diez más que Suricatas en el Oeste, de Neda. A Revolta, otro clásico más, en este caso ferrolano, traía 20. Los integrantes de A Canteira, de Neda, eran 29; cuatro más que los naroneses de Tróupele Tróupele, y nueve más que los ferrolano-naroneses de Os Colludos, nombre contundente donde los haya. Os nenos de Lola, naroneses, eran 23: Os Xunquiños, de Fene, la segunda comparsa en número de integrantes, con 42. As Espontáneas de Narón fueron 23. Y 20 los feneses Scratchados.
El brillo de la imaginación
Pero habrá que decir, sin mayores demoras, y volviendo a lo que nos ocupaba, que el comentario (tan generalizado, por cierto) de que el entroido ferrolano volvía ayer a ser el de antaño... acertaba. ¡Y tanto! Pocas veces, desde hace casi dos décadas, se había visto tanta gente en las calles del centro de la ciudad siguiendo a las comparsas. Sobre todo, tanta gente disfrazada. Recorrían anoche, el centro de la ciudad, desde personajes de Gran Hermano (¿adivinan cuáles...?) hasta mejicanos de poncho largo que parecían salidos de un cuento de Rulfo, de un relato de El llano en llamas . Por haber, hasta había boinas coloradas con rabillo dorado, de una simbología que incluso hoy a casi nadie se le escapa.
(¡Y había que ver, también por cierto, cómo la portaba Tonecho, qué bien le quedaba....!)
El premio a la mejor pareja de disfraces fue para el dúo Saray y Pilarita . El de grupos de hasta diez máscaras, para Los hombres de Paco . El de más de diez, para Las bailarinas Toleiranas . El infantil, para Os Peraliños . Y para los integrantes de Marela Ven, el de mejor comparsa.
La Voz de Galicia, 17/2/2010
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