Nuevamente la psicología jurídica ayuda a que un "tetrapléjico" sin habla logra que la justicia reconozca su capacidad de decidir tras llevar a cabo las valoraciones a través del movimiento de los ojos
Eloy Gómez fue incapacitado tras un ictus que le sumió en el silencio y la inmovilidad total. El movimiento de los ojos y las nuevas tecnologías logró expresarse y recuperar sus derechos. Ya en el año 2006, un caso semejante, dado que José Carlos Carballo, también sufría en síndrome del cautiverio
Eloy aparentemente, vive encerrado dentro de sí mismo. Hace años un infarto cerebral convirtió su cuerpo en su propio carcelero incomunicado con el mundo. Perdió la capacidad jurídica para tomar decisiones. Con las TIC?s encontró su forma de expresión, usando sus ojos y un programa informático, donde con los ojos te permite teclear letras e imprimir los sonidos y las palabras, Una gran vía que le permitió ser valorado y recuperar sus derechos. Hace un mes logró que una sentencia firme le devolviera la capacidad jurídica.
El síndrome de cautiverio. Una lesión poco frecuente que afecta a todos los movimientos, incluidos los de las cuerdas vocales, pero deja intactas las facultades mentales.
Eloy es un hombre muy animado, lo demuestra incluso el libro de chistes que escribió (más de mil chistes que se sabia de memoria y que le gusta contar), sus comidas con amigos y viajes
Para demostrar Judicialmente que las capacidades de Eloy eran adecuadas se le paso el protocolo típico que se pasa a cualquier persona, lo diferente es su forma de contestarlas, los resultados se transforman en un informe pericial que se envía al juez expresando las capacidades mentales, realmente es difícil, para otros profesionales o personas no expertas en la materia entender que la mente esta viva cuando el cuerpo no responde y no permite expresarse.
Eloy Taboada y su Abogada Cristina Arocas, han luchado por recuperar su capacidad jurídica, la autonomía para decidir sobre su vida y sus bienes. Y desde las TIC?s y la psicología Jurídica se ha conseguido probar la lucidez que se esconde bajo la inmovilidad de Eloy
Eloy no habla con su propia voz, es una voz elegida por el la que trasmite lo que piensa y escribe a través del ordenador. Se alimenta con una sonda y respira gracias a una traqueotomía, pero no le impide hacer comidas con amigos y viajes por todas partes para visitar a sus amigos y conocer o recordar lugares. Tras el ictus, no puede mover su cuerpo salvo los ojos.
Tan mal se veía en el hospital que sus familiares decidieron incapacitarlo y nombrarle un tutor, esa fragilidad hizo que la gente de su alrededor reaccionara de diversas formas unos se aprovecharon, maltrato socioeconómico en toda regla. y otros lo ayudaron, apoyaron y lucharon junto a él
Todos en un principio creyeron coherente la incapacitación. Los "aprovechados" pues era la forma más fácil de administrar sus bienes y los "no aprovechados", creían que era una forma de protegerlo
Al principio usó lo único que podía mover: los ojos. Mirar hacía arriba quería decir sí y hacia los lados, En el hospital, les enseñaron un lenguaje más complejo. En una pizarra ella dividió el abecedario en cuatro líneas. Y, mediante movimientos oculares y ante las preguntas de los amigos y cuidadores, iba eligiendo cada letra de la frase que quería decir.
Parece complicado, pero la comunicación es muy fluida.
La vida le dio un giro cuando se enteró de que había un programa de ordenador con el que podía escribir con el movimiento ocular.
Hace años empezó a pensar en recuperar la capacidad para gestionar su vida, sus bienes. "Pero el proceso fue largo y complicado", Tuvo que demostrarle al juez, con un gran trabajo por parte de su abogada Cristina Arocas que su mente funciona". Los informes de la psicóloga forense realizados con la ayuda de las TIC?s han acreditado su "plena capacidad intelectual". La tecnología que permite expresarse a través del ordenador ha sido una pieza clave.
Desde hace muy poco, tiene una sentencia firme que le reconoce como ser adulto y determina que su incapacidad es sólo física.
Algunos datos recogidos de la prensa nos han mostrado que en España se registran unas 113.000 afecciones cerebrovasculares al año, la mayoría de las cuales son ictus. Se calcula que puede haber unas 900.000 personas que los han sufrido y siguen con vida. Unos 300.000 tienen secuelas, como dificultad para hablar o moverse, pero los casos que desembocan en síndrome de cautiverio no llegan a 20. Y, dentro de estos, no todos tienen la misma gravedad. Algunos enfermos recuperan algo de movilidad con una buena rehabilitación. Otros, no consiguen volver a moverse.
Es por casos como el de Eloy que desde la ASCM se ha desarrollado el estudio del maltrato a personas con diversidad funcional: La otra cara de la crisis. Cuyo resultado se a editado en un libro que se presenta en el Concello de Narón el próximo lunes día 27 de Julio a las 12:00 horas
XornalGalícia.com, 22-7-2009
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